miércoles, 29 de julio de 2015

Mosad el largo brazo de Israel


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JERUSALEN. “Meir Dagan es el Superman de Israel”. Así definía recientemente el diario egipcio Al Haram al jefe de los servicios secretos israelíes. El cerebro del brazo largo y silencioso de Israel. Desde que hace ocho años el primer ministro y su ex oficial, Ariel Sharon, le eligiera, Dagan activa a los suyos en la sombra. Y, según sus enemigos, no descansa. “El Mossad debe volver a ser lo que era”, le exigió entonces Sharon que consideraba que la agencia se estaba “acomodando”, limitándose a espiar e informar.
Si la mitad de las acusaciones lanzadas por Irán y los grupos que apoya, el palestino Hamas y el libanés Hizbulá son ciertas, Dagan ha cumplido con la misión encargada.  “Aquellos que siguen los sucesos en Israel saben que el  jefe del Mossad logró cosas que nadie podría haber imaginado, respecto al programa nuclear iraní y la capacidad de llevar armas de Siria e Irán a Hizbulá, Hamás y la Jihad Islámica”, se leía en el articulo egipcio antes de la supuesta ultima obra de Dagan: el asesinato de Mahmud Al Mabhuh, uno de los fundadores del brazo armado de Hamas y clave en el contrabando de armas a Gaza tal y como reconoce el propio grupo.
Tras varios días de investigación, Hamas acusó al Mossad. Este martes, sin embargo, un informe del movimiento apunta la posibilidad que “un país árabe podría haber asesinado a Al Mabhuh”, recordando que  era buscado por Egipto y Jordania.
El Mossad mantiene su habitual silencio. Le conviene que crean que sus agentes pueden llegar hasta la lejana Dubai, localizar, seguir y matar al cabecilla militar e irse como si fueran turistas que acaban de visitar la torre más grande del mundo. Según las investigaciones, “una mujer  sedujo a Al Mabhuh para que abriera la puerta de su habitación”.Posteriormente, los agentes (5 o 6) colocaron el cártel de “no molestar” en la puerta de la habitación 130 del Hotel Al Bustan Rotana. Al Mabhuh había entrado en Dubai con un pasaporte falso y sin guardaespaldas porque éstos no encontraron billete.
“Desde los 60, el Mossad ha matado a jefes terroristas o aquellos que ponen en peligro la seguridad de Israel. La lista es larga. Científicos alemanes en Egipto, científicos en el proyecto nuclear iraní y terroristas de grupos como OLP, Hamas o Hizbulá”, escribe el analista Yossi Melman.
Según los expertos israelíes, el Mossad no habría matado a Al Mabhuh para vengarse por el secuestro y asesinato hace 21 años de dos soldados sino por su actual rol. “Habría conseguido dos objetivos: acabar con una elemento central en la infraestructura del contrabando de armas a Gaza y enviar un mensaje a los enemigos que ven cómo la Inteligencia israelí tiene ojos y un brazo muy largo”, se lee en el diario Israel Hayom.
“No somos una empresa que debe revelar al gran público lo que hace o no. Los que tienen que saber, lo saben.  La mayoría de las veces nos acusan de cosas inverosímiles. Pero aunque no seamos los autores, el mito del Mossad en las filas del enemigo aumenta”, confiesa a EL MUNDO.ES un ex oficial de la Inteligencia israelí.
Dagan, jefe del Mossad desde el 2002.

Al Mabhuh es la última de una serie de muertes no naturales envueltas en la confusión. En febrero del 2008, Hizbulá sufrió uno de los golpes más dolorosos desde su fundación. En Damasco volaba por los aires su máximo jefe militar, Imad Mughniyah. Buscado por varios servicios secretos occidentales y árabes, Hizbulá acusó al Mossad. Desde entonces, Israel mantiene el estado de alerta en Suramérica Egipto, Jordania y el Lejano Oriente,  por temor a una represalia a gran escala.
Seis meses después, el general Mohamed Suleiman, asesor militar del presidente sirio Bashar Assad y nexo de unión con Hizbulá fue asesinado en Siria por los disparos de un francotirador. Según la Inteligencia israelí, era el máximo responsable en la transferencia de misiles de largo alcance al grupo chií.
La prensa israelí destaca que  Dagan también tiene su cuota de responsabilidad en alertar sobre la planta nuclear en Siria, bombardeada por Israel en septiembre del 2007 y en el descubrimiento de la planta secreta de enriquecimiento de uranio de Qum (Irán) hace unos meses. También se le atribuye las misteriosas explosiones en el proyecto nuclear iraní. O la información necesaria para que cazas israelíes bombardearan hace un año en Sudán u convoy con arsenal iraní con destino a  Gaza.
Dagan (centro), apuntado como enemigo en Ir¿n. REUTERS
Dagan es visto  como el guardián de Israel. Hace 56 años y  tras ser nombrado director de la CIA, Allen Dulles, recibió un regalo muy especial de su homologo israelí, Isser Harel. Una daga con el lema: “El Guardián de Israel nunca duerme ni se descuida”.

lunes, 20 de julio de 2015

RELATAR LA MEZQUITA

Día 19/07/2015
El cinismo es uno de los combustibles de este chiringuito oportunista e ideológico
Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad. El axioma sigue vivo pese a su ya larga historia desde que fuera vertido a mitad del siglo XX por un cruel virtuoso de la propaganda. Cada vez que el debate artificial y pernicioso de la Mezquita-Catedral embiste, los patrones se repiten. Lo hace carente de fondo absoluto, pues no existen argumentos que permitan la discusión en ese plano salvo la expropiación pública de este bien que ningún político tiene bemoles de acometer en un estéreo ejercicio de coherencia y supina irresponsabilidad. La bola sigue agrandándose en las formas. Es un bucle que va ganando espacio y tiempo. Va saltando de nivel político por una cama elástica con piruetas de economía de escalas, y machaconamente persiste en el tiempo sin más variante que el convencimiento por los prejuicios, la ignorancia y el aburrimiento. Ni tan siquiera los hechos del pasado, las hemerotecas, los actos reglados y jurídicos suscritos y aireados se someten al escrutinio del sentido común, la razón o la vergüenza. El cinismo es la gasolina que mantiene activo este rentable chiringuito ideológico, oportunista y megalómano cuyos efectos colaterales recaen, entre otros, sobre el motor de la principal actividad de Córdoba y presta servicios a intereses aún por definir en esta historia.
A base, todo, de insistir en que la Iglesia «se ha apropiado de la Mezquita» y se la ha «quitado a los cordobeses» (sic) con la «inmatriculación de 2006 por 30 euros» que permitió «el Gobierno de Aznar» mediante una reforma «inconstitucional» de la ley hipotecaria, mantenedora de preceptos «franquistas» gracias a los cuales «el Cabildo se forra de dinero sin pagar impuestos» y «encima las administraciones públicas le dan millonarias subvenciones para que arregle el templo» para que luego «borre la palabra ‘mezquita’» y «ponga en peligro la declaración de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco» por una «pésima gestión»... No falta ni un ingrediente en el plato. Usted como yo ha escuchado este relato fabricado, ha olisqueado este plato precocinado que se repite hasta la saciedad. Multiplicando decibelios y papel, entrando en los grandes salones de lo políticamente correcto, en la agenda oficial, en la gauche caviar o los nuevos experimentos políticos que buscan la nueva izquierda sociológica desde el ruido.
Nadie ha sacado un papel hasta ahora que demuestre que la Mezquita-Catedral era pública y la «robó» la Iglesia. Nadie ha podido desmontar históricamente lo ocurrido desde 1236 hasta aquí. Ni que la inmatriculación en 2006, en pleno gobierno Zapatero, al que nadie menciona, fuera ilegal. Que esa ley sea inconstitucional. O que haya habido un atisbo de mala gestión en un recinto que en 2014 ha batido todos los récord de asistencia, posea una muy considerable opinión de sus visitantes, tenga un impacto en la ciudad de 300 millones con carga social y haya recibido parabienes de la Unesco por ello. O que el concepto ‘mezquita’ no esté en los folletos turísticos. O que el Cabildo no pueda recibir ayudas para la conservación de un bien abierto al público, como reza en la ley de patrimonio. O que estemos ante la principal demanda de los cordobeses, con un 30 por ciento de tasa de paro.
Que Susana Díaz hable de «barbaridad» sobre la inmatriculación con la gestión pública de la Junta en la Alhambra en un proceso judicial y su directora cesada e imputada no es más que el reflejo de lo dicho. Que la hoy consejera de Cultura y ayer «alcaldiosa», Rosa Aguilar, diga «apuesta decidida» por hacer pública la Mezquita en un «largo diálogo» —en el que, por cierto, trabaja desde hace tiempo por mandato de Díaz—, es intolerable...
Cuando Cajasur era de la Iglesia y los partidos no pagaban los préstamos, se cobraba por estar en silencio en las asambleas o consejos, se gozaba de los beneficios del staff o del respaldo a «mis» alcaldes..., entonces, nadie se acordó de que en Córdoba había una Mezquita-Catedral. Hoy, ya ven qué pasó con Cajasur.

domingo, 19 de julio de 2015

Fracaso Provida


JUAN MANUEL DE PRADA
SE consumó la reformita favorecedora del aborto que impedirá abortar a las menores de edad sin el consentimiento de sus papaítos. Y digo que esta reformita de apariencia restrictiva favorece paradójicamente el aborto por la muy sencilla razón de que refuerza su consideración como acto de mera disposición de la voluntad. Cuando a una menor se le exige el consentimiento de sus papaítos para abortar se está afirmando que, para abortar, basta con tener capacidad legal, como para contraer cualquier obligación o ejercer cualquier derecho de naturaleza civil; y que, alcanzado ese requisito de la edad (o subsanado por el consentimiento paterno), abortar se constituye en un puro acto de la voluntad, como suscribir una póliza o comprarse un automóvil. Que una menor pueda o no abortar con el consentimiento de sus papaítos es un hecho irrelevante que sólo sirve (a modo de macguffin) para distraer la atención de los tontos útiles del hecho sustancial, que es la eliminación de una vida gestante. En realidad, esta reformita es una argucia para contribuir al eclipse de nuestro juicio ético, que es el fundamento sobre el que el Nuevo Orden Mundial sustenta todo su proceso de ingeniería social.
Pero los peperos no hacen sino cumplir con su cometido de obedientes lacayos, según el reparto de funciones que les asigna el Nuevo Orden Mundial. Más interesante es consta tar el fracaso incuestionable del movimiento pro vida, que durante décadas ha pretendido que el aborto no es una cuestión política, esgrimiendo argumentos sentimentaloides y vacuas apelaciones al derecho natural que ya nadie entiende, precisamente porque el orden político vigente se sustenta sobre la abolición del Derecho Natural. Para combatir los presupuestos doctrinales sobre los que se sustenta el aborto hay que propugnar un orden político nuevo, que es lo que el movimiento pro vida no ha sabido hacer, pretendiendo mantenerse en un absurdo (por inexistente) ámbito de «apoliticismo», que a la postre se ha convertido en arrabal de friquismo; pues la dura realidad es que, hoy por hoy, quienes defendemos la vida gestante somos percibidos por el clima de nuestra época como friquis apestosos, amén de inhumanos.
Y es que la defensa de la vida gestante sin la postulación de un orden político que la acoja hospitalariamente resulta ininteligible. Para revolverse contra el aborto hace falta, primeramente, revolverse contra un orden económico que se funda sobre la convicción de que el mejor modo de contar con masas cretinizadas e incapaces de luchar contra unas condiciones laborales oprobiosas es conseguir que esas masas tengan pocos hijos; porque quien no tiene hijos por los que luchar acaba renunciando a la lucha. Para revolverse contra el aborto hay que explicar antes a la gente que el aborto, como todos los derechos de bragueta, son argucias del sistema para conseguir que las injusticias sociales resulten menos oprobiosas. Y que todo el sostén ideológico sobre el que el aborto se sostiene es, en última instancia, consecuencia del concepto liberal de libertad, que exhorta al hombre a deshacerse de todos los impedimentos que dificultan o limitan el proceso de fortalecimiento de su individualidad soberana. A esta idea nuclear se le incorporarían luego aderezos y perifollos como la ideología de género; pero combatir los perifollos sin atacar el núcleo es como arar en el mar.
El combate contra el aborto sólo puede ser eficaz si se inserta en un combate de naturaleza política. Todo lo demás es buscar grotescamente la «añadidura», soslayando la búsqueda primordial del «reino y su justicia». Pero a quien no busca primero el reino y su justicia la añadidura también le será negada.

domingo, 5 de julio de 2015

Pacem in terris

Amedeo Minghi - Un uomo venuto da lontano (Live dall' Auditorium della C...

Amedeo Minghi - Gerusalemme (Live dall' Auditorium della Conciliazione d...

Artículo de Juan Manuel de Prada en ABC

LA OPINIÓN DEJuan Manuel de Prada

La hidalguía de todos

Día 05/07/2015 - 03.10h
DECÍAMOS en un artículo anterior que es natural que cada época honre a los hombres que están a su altura. Y siendo hoy España el vómito terminal de un paganismo con olor a caquita y a papiloma, es lógico, por ejemplo, que se dé empleo municipal a una tiorra que va meando a chorro libre por las esquinas; o que se quiera desalojar del callejero a Vázquez de Mella, para meter en él a un señor que disfrutaba de «orgasmos democráticos». Los tontos útiles dirán que tamaño deterioro lo explica el auge de la izquierda radical, olvidando aquella enseñanza señera de Vázquez de Mella: «La fuerza política que reciben las llamadas izquierdas se debe a la táctica singular de los que no quieren ser izquierdistas, que primero las incuban y protegen desde los gobiernos y después se dedican a tenerles miedo y a regular por él su acción».
Pero que España se haya convertido a la vez en un vomitorio pagano y en un parque temático de la tontería útil tiene causas mucho más profundas. Vázquez de Mella nos recomendaba que, para conocer a fondo una nación, «hay que conocer la directriz de su historia, el principio vital que ha informado su ser y todas las manifestaciones de su genio; y para conocer eso, cuando se trata de España, hay que conocer la religión católica». Y, siendo la religión católica el principio vital que ha alimentado el genio español, no hace falta sino reparar, por ejemplo, en la carnavalada que se organizó en cierta iglesia de Madrid, en homenaje al señor de los «orgasmos democráticos», para entender que tal principio vital ha sido pervertido y debilitado hasta la consunción; y principalmente por sus enemigos internos. Basta ver las fotografías de aquella iglesia convertida en casa de tócame y bésame Roque, con el sagrario desolado entre pancartas chillonas, para intuir que existe dentro de la propia Iglesia gente muy poderosa que suspira por los ojos sin párpado; y que, por supuesto, ha perdido lo que Federico García Lorca llamaba «la hidalguía con Dios».
Lorca, español de genio católico asesinado por canallas fariseos, escribía desde Nueva York a su familia, horrorizado del catolicismo protestantoide de los Estados Unidos y «dando vivas al portentoso, bellísimo, sin igual catolicismo español». En la carta hallamos pasajes de una finura espiritual apabullante: «Hay un instinto innato de la belleza en el pueblo español y una alta idea de la presencia de Dios en el templo. Ahora comprendo el espectáculo fervoroso, único en el mundo, que es una misa en España. La lentitud, la grandeza, el adorno del altar, la cordialidad en la adoración del Sacramento, el culto a la Virgen, son en España de una absoluta personalidad y de una enorme poesía y belleza. Ahora comprendo también aquí, frente a las iglesias protestantes, el porqué racial de la gran lucha de España contra el protestantismo y de la españolísima actitud del gran rey injustamente tratado en la historia, Felipe II. Lo que el catolicismo de los Estados Unidos no tiene es solemnidad, es decir, calor humano. La solemnidad en lo religioso es cordialidad, porque es una prueba viva, prueba para los sentidos, de la inmediata presencia de Dios. Es como decir: Dios está con nosotros, démosle culto y adoración. Pero es una gran equivocación suprimir el ceremonial. Es la gran cosa de España. Son las formas exquisitas, la hidalguía con Dios».
Al renunciar a esta hidalguía con Dios, era inevitable que España se convirtiese en un vomitorio pagano que habría horrorizado (¡más todavía que el protestantismo!) a Lorca. Quien, con cartas como la citada, hoy sería aborrecidísimo lo mismo por los clérigos progres que por los señores con orgasmos democráticos.

sábado, 4 de julio de 2015

Discurso de Benedicto XVI sobre la música sacra


Aceptación del doctorado Honoris Causa por la Universidad Juan Pablo II de Cracovia 
"En este momento no puedo más que expresar mi más grande y cordial agradecimiento por el honor que me han reservado ustedes confiriéndome el doctorado honoris causa. Agradezco al Gran Canciller, su querida Eminencia elCardenal Stanislaw Dziwisz, y las Autoridades Académicas de los dos Ateneos. Me alegra sobre todo el hecho de que de esta manera se haya hecho todavía más profunda mi unión con Polonia, con Cracovia, con la patria de nuestro gran santo Juan Pablo II. Porque sin él mi camino espiritual y teológico no es siquiera imaginable. Con su ejemplo vivo él nos ha mostrado como pueden ir de la mano la alegría de la gran música sagrada y la tarea de la participación común en la sagrada liturgia, la alegría solemne y la simplicidad de la humilde celebración de la fe. En los años del post-concilio, sobre este punto se manifestó con renovada pasión un antiquísimo contraste. Yo mismo crecí en Salisburghese marcado por la gran tradición de esta ciudad. Aquí las misas festivas iban acompañadas por el coro y la orquesta, que fueron parte integrante de nuestra experiencia de fe en la celebración de la liturgia.
Permanece indeleble grabado en mi memoria cómo, por ejemplo, apenas resonaban las primeras notas de la Misa de coronación de Mozart, parecía que el cielo casi se abriera y se experimentaba de manera muy profunda la presencia del Señor. Junto a esto, sin embargo, entonces ya estaba presente también la nueva realidad del Movimiento litúrgico, sobre todo a través de uno de nuestros capellanes que más tarde se convirtió en vice-regente y después en rector del Seminario mayor de Frisinga. Durante mis estudios en Múnich de Baviera, después, muy concretamente me introduje cada vez más en el interior del Movimiento litúrgico a través de las lecciones del profesor Pascher, uno de los más significativos expertos del Concilio en materia litúrgica, y sobre todo a través de la vida litúrgica en la comunidad del seminario. Así, poco a poco fue perceptible la tensión entre la participatio actuosa conforme a la liturgia y la música solemne que envolvía la acción sagrada, incluso si todavía no se sentía tan fuerte. 
En la Constitución sobre la liturgia del Concilio Vaticano II está escrito muy claramente: “Que se conserve y se incremente con gran cuidado el patrimonio de la música sacra”. De otro lado el texto evidencia, cual categoría litúrgica fundamental, la participatio actuosa de todos los fieles a la acción sagrada.
Aquello que en la Constitución está todavía pacíficamente junto, sucesivamente, en la recepción del Concilio, se convirtió a menudo en una relación de dramática tensión. Ambientes significativos del Movimiento litúrgico pensaban que, para las grandes obras corales e incluso para las misas para orquesta, en el futuro habría espacio sólo en las salas de concierto, no en la liturgia. Aquí hubiese sido establecido sólo para el canto y la oración común de los fieles. Por otro lado, existía consternación por el empobrecimiento cultural de la Iglesia que por esto hubiera tenido como resultado.  ¿Cómo conciliar las dos cosas?, ¿cómo hacer realidad el Concilio en su totalidad? Estas eran las preguntas que se me impusieron a mí y a muchos otros fieles, a gente sencilla y a personas en posesión de una formación teológica. A este punto quizás es justo hacer las preguntas de fondo: ¿qué es en realidad la música?, ¿de dónde viene y a qué atiende? Pienso que se pueden localizar tres ‘lugares’ de los cuales proviene la música. Una primera es la experiencia del amor. Cuando los hombres fueron atrapados por el amor, se dio en ellos otra dimensión del ser, una nueva grandeza y amplitud de la realidad. Y ella empuja también a expresarse de un modo nuevo. La poesía, el canto y la música en general nacieron de este ser ‘tocados’, de este quedar afectados por una nueva dimensión de la vida. Un segundo origen de la música es la experiencia de la tristeza, el ser tocados por la muerte, por el dolor y por los abismos de la existencia. También en este caso se producen, en dirección opuesta, nuevas dimensiones de la realidad que no pueden encontrar respuesta sólo en los discursos.
El tercer lugar del origen de la música es el encuentro con el divino, que desde el inicio es parte de lo que define al humano. La mayor razón es que aquí está presente totalmente el otro y totalmente lo grande que suscita en el hombre nuevos modos de expresarse. Quizás sea posible afirmar que en realidad también en los otros dos ambientes –el amor y la muerte– el misterio divino nos toca y, en este sentido, es el ser tocados por Dios lo que en conjunto constituyen el origen de la música. Encuentro conmovedor observar cómo, por ejemplo, en los salmos a los hombres no les basta sólo con el canto y se apela a todos los instrumentos: la música escondida de la creación se despierta, su lenguaje misterioso. Con el Salterio, en el cual obran también los dos motivos del amor y de la muerte, nos encontramos directamente con el origen de la música de la Iglesia de Dios. Se puede decir que la calidad de la música depende de la pureza y de la grandeza del encuentro con el divino, con la experiencia del amor y del dolor. Cuanto más pura y verdadera es esta experiencia, tanto más pura y grande será también la música que de ella nace y se desarrolla. En este punto querría expresar un pensamiento que en los últimos tiempos he tenido sobre todo cuando las diversas culturas y religiones entran en relación entre ellos. En el ámbito de las más diversas culturas y religiones está presente una gran literatura, una gran arquitectura, una gran pintura y grandes escultores. Y en todas partes está también la música. Sin embargo, en ningún otro ámbito cultural existe una música de igual grandeza a la nacida en el ámbito de la fe cristiana: desde Palestrina a Bach, de Händel hasta Mozart, Beethoven y Bruckner. La música occidental es única, no tiene iguales en las otras culturas. Esto nos debe hacer pensar. Es cierto que la música occidental supera en mucho el ámbito religioso y eclesial. Y sin embargo, encuentra su fuente más profunda en la liturgia en el encuentro con Dios.
En Bach, para el cual la gloria de Dios representa el fin último de toda la música, esto es del todo evidente. La respuesta grande y pura de la música occidental se ha desarrollado en el encuentro con aquel Dios que, en la liturgia, se hace presente a nosotros en Jesucristo. Esa música, para mí, es una demostración de la verdad del cristianismo. Allí donde se desarrolla una respuesta así, se ha dado el encuentro con la verdad, con el verdadero creador del mundo. Por eso la gran música sagrada es una realidad de rango teológico y de significado permanente para la fe de toda la cristiandad, también si no es necesario que sea realizada siempre o en cualquier lugar. De otro lado, está también claro que ella no puede desaparecer de la liturgia y que su presencia puede ser un modo del todo especial de participación a la celebración sagrada, al misterio de la fe.
Si pensamos en la liturgia celebrada por San Juan Pablo II en cada continente, vemos toda la amplitud de las posibilidades expresivas de la fe en el evento litúrgico; y vemos también como la gran música de la tradición occidental no es extraña a la liturgia, sino que ha nacido y crecido de ella y de este modo contribuye siempre de nuevo a darle forma.
No conocemos el futuro de nuestra cultura y de la música sagrada. Pero una cosa está clara: donde realmente se da el encuentro con el Dios viviente que en Cristo viene hacia nosotros, allí nace y crece nuevamente también la respuesta, cuya belleza proviene de la verdad misma.
La actividad de las dos universidades que me confieren este doctorado honoris causa representa una contribución esencial para que el gran don de la música sagrada que proviene de la tradición de la fe cristiana siga vivo y sea de ayuda para que la fuerza creativa de la fe también en el futuro no se extinga.
Por esto les doy las gracias de corazón a todos ustedes, no sólo por el honor que me han reservado, sino también por todo el trabajo que desarrollan al servicio de la belleza de la fe. El Señor les bendiga a todos”.

Hernani en la Historia